domingo, 7 de agosto de 2016

"El valor de una condesa" de Elena Bargues


El valor de una condesa.

1871. Juan Martín abandona la antigua colonia española de California, que ha pasado a ser estadounidense, huyendo de un sangriento pasado para asentarse en España. El político Sagasta, informado de sus necesidades y al tanto de su pasado, le propone un matrimonio de conveniencia durante seis meses con una condesa de Ramales (Cantabria) con la finalidad de que detenga el avance carlista por el valle cántabro y de que proteja una red de espionaje, Brezal, que es fundamental para conocer los planes de los seguidores de don Carlos.
Begoña es forzada a contraer matrimonio con el conde de Nogales, un hombre mayor. A la muerte de éste, se encuentra en un aprieto cuando los carlistas pretenden obligarla de nuevo a contraer matrimonio para hacerse con el título, las tierras y el control del valle. Deseosa de cobrarse venganza por el asesinato de su padre y por el horrible matrimonio impuesto con el conde de Nogales, propone a Sagasta un matrimonio pactado con la persona que él juzgue idónea para evitar que los sediciosos se adueñen del valle. Cuando conoce al falso marido, descubre que oscuros secretos los separan irremediablemente, a pesar de la atracción que ejerce sobre ella.

«Novela finalista del VI Certamen de Novela Romántica Vergara-RNR»

Opinión:
Hace unos meses tuve el placer de descubrí el gran talento de Elena Bargues al leer su novela “Tú como el viento del sur”, una novela contemporánea y maravillosa, ambientada (principalmente) en Santander, que me gustó muchísimo. (http://detodounpococomoenbitica.blogspot.com.es/2015/11/tu-como-el-viento-del-sur-de-elena.html)
De nuevo, hace unos días, me perdí por tierras cántabras, por sus montes y sus pueblos, de la mano de esta gran autora y su novela “El valor de una condesa”.
Si me gustó el estilo actual de la autora, confieso que con esta novela histórica me ha cautivado por completo. No solo por  lo muy bien escrita que está, sino (una vez más) por lo detallado de sus descripciones, que te permiten recrear paisajes, estancias y objetos como si estuvieras allí, como si los tuvieras delante. Así de magníficas son sus descripciones (posiblemente, el rasgo más destacable de la forma de escribir de Elena). Además, hay que añadir una trama estupendísima que se desarrolla en una época de inestabilidad política que, por supuesto, está recreada a la perfección, entremezclando de manera magistral realidad y ficción, destacados personajes históricos con los creados por la imaginación de la escritora, consiguiendo así un equilibrio ideal que hace creíble esta novela en la que la intriga, la desconfianza y el peligro van de la mano y dan forma a la obra.
De los protagonistas, destacar lo mucho que me impresionó Juan nada más aparecer en escena. Enseguida te das cuenta de que es un hombre cabal, prudente, de aguda inteligencia y rápido de reflejos. No pude dejar de admirar su manera de proceder, tanto en su entrevista con Sagasta como con Begoña al llegar a su nuevo hogar. Es de esos personajes que destilan seguridad, que dan confianza, que sabes que no van a fallar en aquello que se proponen (imponer el orden en la comarca y conquistar el corazón de la condesa… casi nada jejeje), que con cada actuación o comentario, demuestran su inteligencia y sagacidad; sus actos pondrán de manifiesto un arrojo y un temple dignos de admiración; su decisión y mano derecha con las gentes del pueblo, delatan su astucia; su comportamiento para con Begoña, la forma en que poco a poco y de forma muy calculada va derritiendo la fría coraza que la envuelve; su osadía, su imponente físico… Creo que no es necesito continuar, seguro que ya os habréis hecho una idea de lo maravilloso y perfecto que es este hombre, de verdad os lo digo: merece la pena conocerlo.
Qué decir de Begoña, la condesa, pues que es la pareja ideal para Juan. Es una mujer fuerte, con mucho coraje y, sobre todo, decidida a coger las riendas de su vida, a no dejarse mangonear por ningún hombre… Desconfiada y un tanto arisca; sensible y apasionada; inteligente y temeraria, así es nuestra valerosa Condesa: una mujer de armas tomar.
Como veis, un pareja explosiva, con mucha afinidad y mucha química fluyendo entre ellos, que compartirán momentos tiernos, tensos, angustiosos, distendidos y, por supuesto, apasionados.
Los secundaros, gente de pueblo en su mayoría y los hermanos de Juan, aportan su granito de arena para redondear la trama con sus viejas historias, su participación en uno u otro bando y algunos (los más jóvenes) añadirán pinceladas de frescura y romance que aligeran la tensión de otros momentos menos propicios y seguros, en los que el peligro y la tensión (allá en los montes) logra masticarse.
Con un argumento como este y unos personajes como Begoña, Juan y compañía, el entretenimiento y el placer están asegurados, ¿no os parece?
¡Cien por cien recomendable!


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