martes, 1 de marzo de 2016

"Una última temporada" de Ruth M. Lerga

UNA ÚLTIMA TEMPORADA

May, hija de los marqueses de Woodward, y Alexander Saint-Jones, marqués de Wilerbrough, se conocen desde niños y desde entonces han tenido una relación apasionada llena de reyertas acaloradas cargadas de complicidad sobre cualquier cosa por la que mereciera la pena discutir. Pero el grand tour de él y una gira literaria de ella, convertida en conocida escritora, hace que se mantengan separados durante seis años, y solo la correspondencia, repleta de burlas sobre matrimonios, los mantiene unidos.
Cuando para la temporada de 1850 al fin se encuentran, May debería ser ya considerada una solterona y Alexander habría de comenzar a pensar en casarse. Y sin embargo Alexander no parece proclive a hacer lo que de él se espera, buscar una debutante a la que tomar como esposa, ni la familia de May cree que su hija deba rendirse todavía.
Así que la primera temporada de Alexander va a coincidir con la última temporada de May. Y la relación llena de divertidas y afiladas riñas no se ha rebajado en absoluto. Al contrario: ha tomado un cariz sorprendente y la pasión que siempre ha habido entre ellos parece desbordarse y querer envolverlos.
Una emocionante novela en la que su autora, Ruth M. Lerga, nos deleita con la arrebatadora historia de amor entre dos de los vástagos de Julian y April (Cuando el amor despierta) y James y Judith (Cuando la pasión espera).

Opinión:

Alguna vez  os ha pasado de escuchar en la tele (cuando no le estas prestando atención o simplemente no estás en la misma habitación) una de las voces que suenan en ella y saber, a ciencia cierta, de que actor o actriz (o personaje si es doblado) se trata… Seguro que sí, pues algo parecido me ocurre con las novelas de Ruth M. Lerga; apenas leo unas páginas, sé que lo ha escrito ella, tan inconfundible es su estilo. Un estilo que ha ido puliendo hasta hacerlo perfecto para las historias de regencia y solo por eso ya merece la pena leerla, porque da gusto hacerlo.
Pero además, si a su maravillosa pluma sumamos unos protagonistas estupendos, con personalidad, carácter  y muy coherentes (tanto consigo mismos como con los acontecimientos y la época); una trama sin fisuras, bien hilada, contada con el tempo justo; una ambientación que, en ocasiones, me hace sospechar que esta mujer tiene una máquina del tiempo y se pasea por las calles y parques del Londres Victoriano con la misma tranquilidad con la que yo salgo a pasear a mi perro, tan minuciosa es; y no nos olvidemos de los diálogos: hilarantes o emotivos según corresponda, pero siempre ingeniosos e inteligentes. Si a todo esto, que ya de por sí es suficiente para devorar este libro, contamos con la presencia de unos secundarios de lujazo, pues es para leerla sí o sí.
Es una historia preciosa, romántica, tierna y divertida, escrita con mimo, cuidando los detalles y las formas al contarnos de una época en la que, precisamente, las formas, los modales y las apariencias lo eran todo. Y esto se agradece, se agradece toda esa información, todos esos detalles que muchas veces no se encuentran en los libros de historia, que son interesantísimos y además dan credibilidad y realismo a la novela.
Me ha encantado la relación entre May y Alex, algo que empezó siendo niños y que han sabido mantener a pesar de los años y la distancia, aunque ya no sea exactamente lo mismo, pero sigue existiendo entre ellos una complicidad, una confianza que enamora por sí sola. Descubrir los sentimientos del uno y de la otra, las dudas, la sorpresa, el cariño y la ley que se tienen a pesar de todo…Ha sido genial participar de este amor, del nacimiento de ese sentimiento que los acaba uniendo más que nunca y para el resto de sus vidas.

Si estáis buscando una novela de Regencia, una que logre trasmitir la esencia de esa época, esta es vuestra novela.

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